"El 15 de diciembre de 1999 cuando Venezuela concurría a un referendo para aprobar o improbar la Constitución de Chávez, como si quisiera advertirnos acerca de la gravedad de los acontecimientos, la naturaleza tronó y en medio de torrenciales aguaceros el Avila comenzó a venirse abajo y ocurrió el peor desastre natural del país, después del terremoto de 1812. Esta tragedia aparece en el libro Guiness como la avalancha de lodo que ha producido mayor número de víctimas mortales en el mundo.
Al día siguiente se supo la verdad: 15.000 muertos, 18.000 viviendas destruídas, mas de 100.000 damnificados y pérdidas materiales sobre los 3.500 millones de dólares.
El General Raúl Salazar, ministro de la Defensa, solicitó la ayuda humanitaria a la Guardia Nacional de EE.UU. (no son marines). Inmediatamente el presidente Bill Clinton envió al cuerpo de ingenieros especializados en desastres naturales quienes se trasladaron a Venezuela en una flota de barcos cargados con tractores y maquinarias de última tecnología, carpas, casas armables, plantas eléctricas, alimentos, medicinas y todo tipo de insumos requeridos. Cuando los buques se acercaban a la Guaira, Chávez se negó a recibirlos y ordenó que fueran devueltos.
Esta insólita decisión de Hugo Chávez produjo total indignación al ministro Raúl Salazar,( a quien posteriormente el degenerado HCh. lo nombra embajador de Venezuela en ESPAÑA) quien se lo hizo saber. Luego del cruce de palabras Chávez calificó al general como “Tu eres un agente de la CIA”, frase que a la postre fue suficiente para que el ministro le renunciara.
Dos meses después el gobierno de EE.UU. envió a Venezuela a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y a John Maisto, embajador en Venezuela, a constatar la magnitud de la tragedia. Chávez los hizo esperar en la Casona y luego de 6 horas Hugo llegó vestido de beisbolista jugando con una pelota. Le ofrecieron 3.000 millones de dólares y toda la ayuda que fuese necesaria para reconstruír al Edo. Vargas, como también coordinar con los paìses del mundo la ayuda financiera requerida .
El ciudadano presidente Chávez sin mucho preámbulo les expresó que la patria de Bolivar no necesitaba limosnas.
Al degenerado de Chávez no le importó el inmenso sufrimiento de aquellos seres humanos. Muchos habían perdido a sus familiares, sus casas y todas sus pertenencias. Tenìan parientes desaparecidos, la gente vagaba confundida buscando entre los escombros a sus seres queridos; se albergaban en refugios provisionales, las familias de Juàn Guaidò y Josè Manuel Olivares eran parte de los millares de damnificados.
Hay seres que se empecinan en esculpir sus nombres en las negras làpidas de la historia. Fuè el caso de Hugo Chàvez y ahora Nicolàs Maduro. Esa historia jamàs los absolverà."