CONOCE LAS CIFRAS E IMPLICADOS EN LA EMPRESA CRIMINAL
DEL RÉGIMEN DE MADURO –
Publicado el 29/05/2019 por castedeya
El pasado jueves, en el Center for Strategic and
International Studies, Douglas Farah, presidente de IBI Consultores e
investigador visitante de la Universidad de Defensa Nacional en Estados Unidos,
presentó el estudio “La última resistencia de Maduro.
La supervivencia de Venezuela mediante la Empresa
Criminal Conjunta Bolivariana“. Dicho estudio fue producto de una investigación
de 5 años en 11 países.
Por: Antonio de la Cruz – Inter American Trends
En este trabajo de investigación, Douglas Farah y
Caitlyn Yates (coautora) identificaron que la Empresa Criminal Conjunta
Bolivariana tiene vínculos con 183 personas y 205 empresas que operan en al
menos 26 países. Asimismo, determinaron que el Estado venezolano “apoya la
delincuencia organizada transnacional como un instrumento de la política
estatal”, desde el tiempo de Hugo Chávez hasta nuestros días.
Además, indican que “la ECCB es una estructura única,
construida con la participación directa del Estado que actúa de forma criminal
y opera a través de múltiples esferas económicas y jurisdicciones policiales”.
Las actividades ilícitas de la ECCB cuentan con “el
apoyo de un conjunto de Estados criminalizados y actores no estatales que
trabajan coordinadamente con objetivos compartidos”.
Los eventos que facilitaron el surgimiento de la ECCB
fueron: las organizaciones guerrilleras centroamericanas (FMLN y FSLN) producto
de la tesis cubana de la internacionalización de la guerra revolucionaria en
Latinoamérica –guerra asimétrica– de los años sesenta del siglo pasado; la
incursión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el negocio de
la cocaína –negocio del narcotráfico– desde mediados de 1980, y la toma del
poder por la vía electoral de Hugo Chávez en Venezuela a finales de 1990
–socialismo del siglo XXI, Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra
América. Es una nueva “arquitectura revolucionaria” para enfrentar al “enemigo”
eterno de Cuba, Estados Unidos (combatir el imperialismo).
De acuerdo con la investigación, el fallecido
presidente venezolano Hugo Chávez era quien dirigía las operaciones de la red
global “en conjunto con líderes políticos aliados, élites económicas y
organizaciones criminales”. Entre ellos, los dirigentes de Cuba, Nicaragua,
Bolivia, Ecuador, Surinam y El Salvador. Y después de la muerte de Chávez en
2013, el régimen de Nicolás Maduro asumió la dirección.
Esta arquitectura representada en la ECCB tiene una
configuración de red de redes transnacional criminal que usa empresas de
maletín o fantasmas con estructuras financieras en paraísos fiscales y aliados
internacionales. Las operaciones van desde la corrupción, el lavado de dinero,
el tráfico de drogas y el contrabando de oro.
El informe también detalla que el ECCB trabaja en al
menos cinco operaciones financieras: ventas y préstamos de petróleo falsos,
compras de activos físicos, megaproyectos ficticios de infraestructura pública,
minería de oro ilegal y transferencias bancarias.
La gran empresa del Estado venezolano detrás de la
ECCB es la estatal petrolera Pdvsa, utilizada para el lavado de dinero y la
corrupción en la región, de la misma manera que lo hizo la empresa brasileña
Odebrecht. La red financiera internacional y el negocio global de Pdvsa han
permitido enmascarar estas operaciones ilícitas. Una de las formas fue a través
de la venta falsa de petróleo a sus filiales en El Salvador, Alba Petróleos, y
en Nicaragua, Albanisa.
En el caso de Alba Petróleos, la empresa reportó
millonarias ventas pero “casi no recibió petróleo de Pdvsa entre 2007-2017”,
aunque registró ingresos de 200 millones de dólares anuales. En 2007, Alba
Petróleos anunció la construcción de una refinería para procesar su propia
gasolina que no llegó a operar. Estas operaciones permitieron lavar fondos por
1,1 mil millones de dólares mediante el uso de 8 empresas panameñas que fueron
a parar a paraísos fiscales en el Caribe y Europa, como Islas Vírgenes, Isla
Caimán, Belice, Suiza y Rusia. El gran operador por parte del Estado
salvadoreño fue José Luis Merino, viceministro de Inversión Extranjera y
Financiamiento para el Desarrollo del Gobierno del FMLN y ex comandante
guerrillero.
Albanisa, la subsidiaria de Pdvsa en Nicaragua (Daniel
Ortega-FSLN), ha utilizado métodos similares para crear compañías de fachada y
lavar los fondos venezolanos de la corrupción y actividades del narcotráfico
(entre 4.000 millones y 6.000 millones de dólares en fondos ilícitos durante la
última década).
La investigación da cuenta de que la red de redes de
empresas de maletín movió en las operaciones de El Salvador y Nicaragua “por lo
menos 10.000 millones de dólares en capitales vinculados a Venezuela” entre
2007 y 2018. Mientras que un consorcio de periodistas latinoamericanos
estableció que Pdvsa desvió un total de 43.000 millones de dólares durante el
mismo período.
La firma Inter American Trends determinó que la
producción de petróleo de Venezuela viene presentando una diferencia entre las
cifras reportadas por la OPEP, entre las fuentes secundarias y el Ministerio de
Petróleo, que inducen a ratificar el patrón de las “ventas falsas de crudo”
observado en la investigación de IBI Consultants. Una discrepancia que se ve
desde 2011, cuando Rafael Ramírez era presidente de Pdvsa y acataba las órdenes
de Hugo Chávez, jefe de la ECCB.
Por esta sobreproducción de petróleo, Pdvsa registró
en sus libros contables ventas acumuladas por encima de la real en 72.000
millones de dólares para el período 2011-2018. Un monto que habría formado
parte del esquema usado por la ECCB.
El estudio de Farah y Yates revela, también, que la
ECCB realiza operaciones de tráfico de cocaína y producción ilícita de oro,
observándose un incremento de estas actividades ante la caída sostenida de la
producción de petróleo desde 2015.
Por lo tanto, los gobiernos democráticos del mundo que
reconocen a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela deben tener
firmeza y valor para enfrentar, a través del sistema de justicia y las agencias
de control de drogas, lavado de capitales, lucha contra el terrorismo y crimen
organizado, la amenaza que representa la ECCB de Nicolás Maduro y su régimen
para las democracias liberales y la estabilidad de todo el hemisferio
occidental.
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